24 ago 2008

La nada supera las razones; la cumbre de los vencidos se tropezó entre las manos frágiles de un conquistador valiente.
Los débiles esperaban su llegada en un panteón de cadáveres de hombres fuertes para beber su sangre.
Los unos se fagocitan entre los otros, esperan alimentarse de sus falencias y convertirse en unidades completas.
Una pequeña niña se cubre con telas viejas, los pies desnudos sobre la tierra, la mirada al cielo y un secreto entre las manos, espera su destino.
Aguarda inconsciente la muerte.