30 jul 2010

Llueve

Llueve, la ciudad es un mar de señores y señoras con paraguas, cada uno ocupa tanto lugar como dimensiones tiene su elemento protector del agua.

Nadie o ninguno o “naides” o cero en unidad muestra disposición de, con elegancia, dar paso o espacio a otro u otros. Más bien, los paraguas son la excusa perfecta para la arena de lucha de espacios.

Llueve para todos, pero cada uno tiene para sí más lluvia de lo que tiene el otro, entonces con enojo y hasta una exhalación de aire mostrando disconformidad empuja para pasar y llegar antes, porque, claro, se está mojando.

Como todos.