12 ago 2010

¿Qué ves cuándo me ves?

Luego del almuerzo en la oficina me enteré que estoy gorda y vieja, mi asombro fue grande. Aunque lo de vieja lo adjudico más al miedo y la envidia de aquellos que arrimando a los cuarenta por alguna razón ven a mis “todavía no 30” como un “casi tarde”, porque viejos son los trapos y conozco a gente de 50 con mejor espíritu que algunas de estas gentes.

La gordura, o la casi gordura o el camino a la gordura al parecer es una especie de infierno que acecha mi vida, un cuco siniestro del cual yo no me enteré, pero al parecer va a imposibilitar mi “re-inserción en el mercado”. Cual mercadería no fresca (vieja) y grasosa seré descartada del cumulo de bellas mujeres entregadas al sacrificio del hambre y el gimnasio. Sí, tengo unos kilos, quizá unos cuantos, demás, pero ese no es el problema, sino que no demuestro los deseos de un cuerpo perfecto, delgado y firme, listo para ser ¿mostrado?. Cuál es el precio que debería pagar para tener un mundo lleno de posibilidades? Dejar de ser yo, tan poco ¿mujer?.

No soy de las nenas que en su estado de “feisbu” ponen “tres Kilos menos y contando!” , me daría bastante pena que mi búsqueda personal sea estar más flaca, prefería más bien un “algo” circunstancial. Sin embargo, al parecer, peor está mostrar los deseos de comer, de disfrutar el placer de la buena comida. Porque soy mujer y me sacrifico, porque soy mujer y la única manera de conseguir un “alguito” es estar buena, sino seré soltera.

En la charla se escucharon cosas peores, como ¿qué inventaron las mujeres en la historia?, prefiero que después de estar conmigo se ponga de novia con otro y no “pase” por un montón, baúl rural, y lo más indignante “las mujeres tienen las mismas oportunidades que los hombres”.

Porque, yo no me enteré, pero el aborto es legal en todo el mundo, ya no quedan religiones que tapen de cuerpo entero a las mujeres y las apedreen por adulteras, ya cobramos lo mismo si ocupamos un cargo jerárquico y la justicia nos defiende de la violencia (física y psicológica) de manera concienzuda y eficiente, no existe la trata de personas, somos ampliamente respetadas en el ámbito de lo público. Ya no somos un adorno semidesnudo en las pantallas para acobijar a algún conductor medio pelotudo intentando ser gracioso y “copado”. Debería estar mejor informada y más flaca, ¿no?.