17 sept 2008

Me las vas a pagar

Lo prometido es deuda, por lo tanto, y para evitar recibir cartas documento, va la primera anécdota de quién sabe cuantas. Quizá sean tantas que sientan su cerebro atosigado y al borde de la expulsión de tanto dato, emulando esos malestares estomacales chocolatosos, en los que aún al borde del colapso, uno le sigue entrando y entrando como si fuera la última vez.

Corría la primera semana de marzo, y la librería, local para el cual presté servicio durante varios años, estaba repleta de elementos que anunciaban el inminente comienzo de clases.
Carpetas con licencias varias, lapiceras con brillo, con luz, con plumas, con sellos...escuadras, marcadores con secretos inimaginables y muchas, pero muchas cosas más.
Me detengo en la enumeración acá, no sea cosa, alguien piense que estoy haciendo alguna especie de promoción o publicidad. Como esas en las que te llaman para regalarte un auto a pagar en cuotas que alcanzan, al menos, hasta la quinta generación de tu descendencia.
Como les contaba, el inicio del año escolar era una realidad palpable, así que era muy común una venta de un juego de transportador, escuadra y regla y terminar poniéndole un envoltorio de regalo, con papel brillante y un ostentoso moño dorado que disimulaba lo rata del regalo de alguna pariente.
Ella así lo quiso, ella pidió el papel brillante, el moño dorado, y la etiqueta de felicidades en un juego de geometría de $2.10. La había empezado a atender la encargada, había dado vueltas, “que stickers si, que mejor no, o bueno dos planchas así me quedo con una....”
En el medio de la venta sonó el teléfono, del otro lado del mismo un proveedor reclamaba el pedido de mercadería, así que, yo me hice cargo de la chica que seguía mirando stickers, en búsqueda de algún secreto milenario, de una joya del arte o simplemente de algo insignificante que la sacara del paso.
Nada la convenció, aparentemente, “la verdad” no estaba en ninguno de esos stickers brillantes y vanidosos que desfilaron frente a sus ojos. Así que se despidió de mí, antes que abandonara el local, le reclamé el pago de su “regalo” pero me dijo que ya lo había pagado.
Cuando la encargada terminó de hablar con el proveedor pasó a pedirme los $2.10, ante mi cara atónita que le explicaba que la chica ya le había pagado a ella.
Me indigné, sentí correr la furia por mis venas, porque le veo más sentido a el robo de una agendita, una lapicerita con linterna, algo que tenga mayor valor sentimental que un asqueroso juego de geometría.
Pero el destino, que a veces se hace amigo, me tendió una mano. A la semana me la encontré, yo estaba haciendo la ronda de bancos, ella cruzaba la calle con expresión despabilada. Entonces hice lo que tenía que hacer, la seguí, crucé la calle atrás de ella mientras con mi dedo índice apuntaba sobre su hombro al grito de “Hey, vos, che, che, vos!!”. Ella se dio vuelta con un gesto de sorpresa que le cubría todo el cuerpo, su cara mostraba desencajo al ver como una servidora le reclamaba el pago no efectuado al grito de “te fuiste sin pagar el juego de geometría, te fuiste sin pagar!”.
La señorita se tiñó de rojo, porque decir carita ruborizada es poco. La escolté hasta el local, donde de una tímida billetera desembolsó su pago, con cambio y todo.

10 sept 2008

Se dice de un blog...

Se dice que un blog mide su éxito por sus lectores, un blog tiene más lectores cuanto más contundente y auto referencial es. A mí me cuesta mucho esto de la contundencia, sabido es la imposibilidad de no irme por las ramas, me pierdo es descripciones irrelevantes mientras convierto a un simple arbolito en una unidad de tiempo y medida que vagabundea entre la felicidad y la angustia.
Aún así, he tenido una época en la cual apelaba al anecdotario, por lo cual, la gerencia, a saber YO, va a recuperar las mismas, les dará un toque de maquillaje y verán la luz nuevamente. Luego, intentaré re-crear nuevas situaciones, inverosímiles o no, pero siempre reales.
Ojo, la exageración es un recurso de la cual la madre naturaleza, por no decir Mirta, me dotó y no voy a negar ni vender al mejor postor justo ahora.
Siempre quedará el lugar para el vire seudo sentimental y complejo, mal llamado por otros jodido, o quizá bien llamado jodido, me reservaré ese análisis para otra circunstancia.
Dicho sea de paso, hago una serena y sincera invitación a cada uno que desea que mi lápiz, mejor dicho, teclado le relate una historieta con diferentes niveles de verosimilitud.

Desde ya, Muchas Gracias.


PD.: Hechos de delincuencia con consecuencias penales abstenerse.
Pasó el ruido, el sol se escondió, la niebla se disipó entre las calles, las risas agotaron su ruido, levemente los autos ya no revelaron su transitar por el pavimento lastimado. El día termina…y mi mejor amiga me escucha una vez más.
Ella espera mis confesiones, aguarda que vuelva a contar la misma historia, soporta mi llanto, supera el hecho de que empiece la disertación otra vez, permite que sea yo quién de las dos elijamos la música.
Es mi única testigo, ella realmente conoce mis secretos, y espera cada noche que yo vierta mi miedo más tembloroso, conoce la tristeza de mis ojos al encontrarme nuevamente en la penumbra, sola, frente a ella, inventando historias que se visten de belleza.
Quizá no tenga nada nuevo, la tinta no bautiza su blancura, nace del pecado de conocer su destino, acepta quedar escondida tras la fatiga de la superación y la mentira. Ella me acepta tal y cual como soy, no me aconseja. No me protege de ningún peligro, ni siquiera de mí.
Ella me observa, mientras intento envenenarme con un jazz, abrazada a las sábanas fundidas por mi nido de sal.

8 sept 2008

déjà vu

La reiteración se apodera de mi mente, juega conmigo, me somete a trucos que inesperadamente me sorprenden. Es como ese francés engaño de la mente que ve como una premonición la simple casualidad de que todo se parezca tanto.
El padecimiento que acuso me soborna, me subleva a escribir veintena de veces la misma historia, como si el argumento fuera único. Primero repetí este cuento de los viajes en colectivo hasta el cansancio, aunque en ese aspecto me defiendo, la mitad de mis horas las paso arriba de ellos. Mi vida es un viaje interminable, y no me vengan con que la de ustedes también, estoy a punto de armar un grupo en fasebook que se llama “tengo un bulo en el 55”. Después de agotar(me) sobre este menester arribé al espantoso claustro de la falta de ideas, esta ausencia remota y absorbente que me anula, que no dice nada, que me fatiga de ausencia.
No me acuerdo bien la persona, el lugar o la circunstancias, una vez alguien dijo que en su epitafio quería que dijese: “hoy nada logró sorprenderme”. Ahora ustedes se preguntaran a que demonios, por no decir otra cosa, viene eso. La respuesta es simple, así tenga que reiterar todo, porque en mi mente viaje un avión donde los pasajeros son tres verbos, diez sustantivos, veinte adjetivos y una par de conectores locos, no voy a dejar de escribir. Porque aunque los recursos sean escasos, los tiempos (verbales) inexactos, las palabras haraganas, sigo encontrando excusas que me sorprenden para poner el motor en marcha y sobrevolar con el miedo como equipaje en los bastos campos de las desnudas hojas a la espera de historias.

4 sept 2008

Viene o no Viene

Si viene es todo un tema, porque nunca viene en el momento preciso. Si no viene es peor, está más que claro que uno la está esperando, todos nos quedamos más tranquilos si viene. El tema es que “las ideas” son caprichosas, y sé que es un tema recurrente en mis últimos escritos. Pero realmente tengo la necesidad de plasmar en una hoja blanca que espera una idea brillante, la angustia que me significa que no llegue, que no venga.
No voy a decir que planeo escribir un best seller, hace ya largo rato que me di cuenta que no soy de esas personas que frecuentan el éxito. Más bien, soy de las que prueban los sin sabores de la vida, de esas personas a las que todo les cuesta demasiado. Cuando digo todo, es todo. Todo es la amistad, el trabajo, el amor, la familia, la tristeza. La única cuestión que puede llegar a sentirse salvada es el placer. Porque el placer resiste a todo lo anterior, porque el placer es una necesidad y un instinto de tal naturalidad que hasta se lo ve revestido de inocencia. Puedo sentir placer en cosas simples, como por ejemplo saborear un té de rosa mosqueta mientras suena “Barro tal vez”, los carnosos labios de algún amante, siempre mejor seguidos por susurros y caricias..., el placer no se resigna, aparece, como la risa o las lágrimas, es siendo, es deíctico, es tautológico, es propio, impropio y ajeno.

24 ago 2008

La nada supera las razones; la cumbre de los vencidos se tropezó entre las manos frágiles de un conquistador valiente.
Los débiles esperaban su llegada en un panteón de cadáveres de hombres fuertes para beber su sangre.
Los unos se fagocitan entre los otros, esperan alimentarse de sus falencias y convertirse en unidades completas.
Una pequeña niña se cubre con telas viejas, los pies desnudos sobre la tierra, la mirada al cielo y un secreto entre las manos, espera su destino.
Aguarda inconsciente la muerte.

2 jul 2008

Gritos
opacan una verdad latente.
Silencio
temor que revive en latidos.
Muerte,
poeta sin tierras.


Palabras desahuciadas sobre hojas blancas

18 jun 2008

El Juego (perder para poder encontrar)

Lo que más le duele es saber que se había anticipado al juego. Desde el primer movimiento conocía el fatídico desenlace, esos quiebres que se producirían en la última jugada, pero no cree en el destino.
Aunque sin éxito, logró engañarse en el punto medio, congeló la jugada, el todo resumido a un casillero. Las otras piezas se cayeron sobre el tablero como inmoladas por la verdad.

(Un manojo de frases viejas giran para tener sentido, distinto, igual, totalmente diferente)

Si usted así lo desea juegue; cambie todo a la primera persona del singular o bien congele el juego como a un recuerdo, ahí en el horizonte desterritorializado de la memoria

14 jun 2008

La Mente en el Andén





El esfuerzo era enorme, desde hacía dos meses no salía nada inteligente de su boca. Más de una vez pensó en matarse, lo sé, vivo en su mente. Lo observo mirar las vías, inmensamente seducido, como con las piernas de una mujer, tan extensas y filosas como eternas y frías. La eterna Duda…… nunca creyó realmente en dios, así que no sabe que esperar. Cree que no tiene nada que perder, pero la verdad es que el miedo de perder esa nada le congela las piernas.
Casi sin meditarlo se baja en la segunda estación, recorre el andén con la mirada de pleno al suelo, los hombros caídos y una lágrima que por cobarde no visita al suelo. Un día más, tan igual a los otros y la nada que se disipa en los días de un almanaque amarillo. El sol le pega en la nuca, el calor le da in instante de bienestar. Pero lo peor vuelve a suceder, todos esos recuerdos vuelven a él. Tal vez seria mejor perder la memoria, maldice haber nacido “ser humano”. Mira el andén, una vez más, nadie pareciese verlo.


La retina poblada de imágenes de un tesoro que preferiría enterrar, se convierte en la asesina de su sensatez. Es invisible, en el intento de navegar pos su soledad, se convirtió en un ser de poca luz, intrascendente. Esa escasa fertilidad de palabras con la que se acercaba a los demás era su condena.
Cada día pasa tratando de encontrar en el viento, en la tierra, en el sol, aquellas sensaciones que alguna vez le llenaron el pecho y que hoy lo matan de apoco. Perdió la claridad en sus pensamientos, sus ojos reflejan la oscuridad que inunda su alma. La estación vacía pareciera hablar de él.
Entregarse, una voz de la conciencia le dicta la sentencia, pero su rutinario modo de existencia lo cohíbe. Sólo ese recuerdo yace inmutable, la mujer de siempre, desnuda, tendida sobre su cama y sus manos masculinas intentando burlar el paréntesis que simplifica su cuerpo.


La busca en las líneas de su piel. Sus ojos se nublan en lágrimas. Un
estruendo lo vuelve a la realidad, el tren se acerca, su respiración se
agita, la vida misma clava sus pies al piso, lucha. Morir de a poco, morir
en un instante, que importancia tiene? Un grito crece dentro de él mientras
el tren se acerca cada vez más. Una mujer pasa por su lado, sin detenerse lo
mira un instante, sonríe y sigue su camino.
No es el mismo, busca los hechos que doblaron sus sueños, es la representación de todos aquellos que intentaron convertirlo en su víctima. Hoy, absolutamente inerte de fantasías conforma la reacción de su voluntad.

Y nuevamente la mujer, de su plexo emanaba aromática femineidad, una mezcla entre pasión y ternura que lograba enredarlo para transformarlo en una fiera. Sus dos ojos brillantes, claramente posados en los suyos invitándolo a conquistar su cuerpo, profanando sus deseos.
Sus manos se vuelven fuertes, posibles de sentir. Saborea ya en el aire, su deseo primitivo de vivir. Entiende que están hechos los hombres, él mismo.

Un pequeño retazo de algodón cubriendo su sexo y desplegada sobre el lecho lo espera, el fino cabello negro desparramado sobre la almohada. Atentamente la vigila, la experimenta con distancia, guardando para sí el placer de contemplar algo que no se tiene y se desea, no sea ya no se lo quiera después.
Encuentra en su pecho un latir descontrolado, que se confunde de dolor y pasión. Muestra los dientes como un animal hambriento, listo para desgarrar cualquier límite para convertirse en uno para siempre por un instante. La fuerza que mueve su cuerpo va más allá de su razón y entendimiento. No quiere volver a morir jamás, ya no es el mismo.

El sonido lo desvela, perdió milésimas de su vida, tieso, estático en el anden mientras su cerebro reproducía la noche que no distinguía entre lo real y lo imaginario. Podría pasar años en sesiones de terapia, consultar a gurúes, encontrar su talismán, o adoptar una geisha. Ese instante, tan igual, tan diverso, la mujer, el placer, pertenecían a la cornisa del entendimiento, fuera de las fronteras de su razón. Causa viva de que esas vías seguían esperando, audaces, su cuerpo.
Lo sé, vivo en su mente.



Davigolas y Clepsidra.-

25 may 2008

Una Construcción

El desafío de la página en blanco supera ampliamente el de las prendas de televisión, el instante decisivo de dar vida, matar la muerte de la página en blanco y parir creatividad.
El volumen al mango mientras suena esa canción que estimula la memoria emotiva, el viaje a la estratosfera de los recuerdos (no siempre evocando situaciones lejanas, lejanísimas), exagerar las sensaciones y ser un personaje que transita las mesetas de un camino tan incierto como el punto y coma.
Todo acompañado de la gran incógnita “eliminar” o “guardar como”, resuelto eso se pasa directamente a “publicar” o “dejar que el destino se encargue”. El paso siguiente es cuando la voz de un viejo profesor de literatura explicaba la cualidad inherente de escribir, quien con gran contundencia afirmaba “escribir es un hecho meramente onanista y cargado de vanidad”, pero el no decía del fracaso que te agobia en el cuerpo cuando la hoja queda radiante y de plena al vacío.

“La realidad toca la puerta de Alguien, Alguien no logra reconocerlo tras el disfraz y el cabello enjambrado repleto de arena.”

22 may 2008

mediocridad al fin...

Voces estériles
buscan conmoverse
tras prosas vanas.
La gran mentira
del cielo y el infierno (mediocridad al fin)
aliteraciones de un
consuelo absurdo.
Las ausencias de siempre
goce oculto
evidencia malicias vulgares.

8 may 2008

Así NO!

Hoy me levanté cruzada, ¿por qué?, las razones pueden ser muchas o ninguna, ser demasiadas y crear un vacío entropico y transformarlas en nada.
“Sí te levantaste mal, no te la agarres conmigo”; “si estás de mal humor es cosa tuya”, y puede haber mucho de cierto en esto, pero como siempre llega la segunda lectura para satisfacer las necesidades del ser humano (instrumento de queja por excelencia) que intenta explicar algo tan simple como real (advertencia: lo real y la realidad son construcciones, este sitio se reserva los derechos) yo no le quiero echar la culpa a nadie de lo que siento.
Es así de simple como se los digo, no lo puedo manejar, diferentes situaciones tan pequeñas como inverosímiles como pelotudas y sin sentido colmaron mi torpe paciencia.
Mi paciencia se declaró en huelga, el DT la mando al banco de suplentes por su problema de ligamentos cruzados, el cirujano la extirpó y soy la última en la lista de espera por una donación. Tan complejo, delicado, sutil y sensible se vuelve esto que hasta el intento más generoso de consuelo es absolutamente inútil.
Y crees que vas a encontrar consuelo en ese tono de voz ajeno que del otro lado aguarda, pero el mal humor trae a una parienta cercana que se llama Mala Suerte y el abanico de posibilidades para que “el cuadro empeore” tiene todos los números del sorteo del gordo de navidad que se acaba de suspender por lluvia.

1 may 2008

Angustia

Puedo leer miles de definiciones sobre la misma pero nada se compara con el hecho de sentirla. Justo en el medio del pecho, presionando, obligando a las lágrimas a salir, ese pequeño grito silencioso del cuerpo en pequeña forma de gota salada.
Recuerdo conversaciones sobre la efectiva o no existencia preciada de un Dios que defina nuestro destino, ese que busca decirnos algo cada vez que nos sucede la vida, el mismo que tendría culpa y cargo de la tristeza y también dueño de nuestros logros y alegrías.
Pero no creo que todo sea tan fácil, aunque no soy quien, no me siento con la habilidad suficiente de afirmar o negar algún efecto sobre la existencia de nada. A penas si intento no hacerme “problema” por las cosas que tiene solución, dado que sería más efectivo hacerme “solución”, y tampoco hacerme “problema” si no tiene “solución” probablemente me convendría aceptarlo y seguir adelante. Hermosa teoría que en estos 25 años fue imposible de hacer eficaz.
Y se me viene a la mente esa despedida en la que las gotitas y la presión se me vinieron a la piel, esas que te trae la impotencia, el no saber, sentir ser una cosa chiquita parada frente a una situación nueva, tan inmensa de tener tanto en el cuerpo que no sabe donde vivir. Confieso que por momentos preferiría correr, cambiar de identidad, ser otra mujer, que me gusten otras cosas, que mis miedos sean otros, que todo sea distinto, que mis ojos no se vean así frente al espejo cuando tengo miedo, que mi cuerpo no reaccione así frente a las vicisitudes de otra piel, que la voz no se me apague cuando quiero libertad.
Me detengo, es simple, ya soy grande para tanto debate del ser, mejor hago terapia y me dejo de joder, o mejor aún me ahogo en una canción y dejo todo para mañana.

29 abr 2008

Quién Soy? Depende




Parada frente a esa pregunta puedo encontrar miles de respuestas y ser todas ciertas o falsas, incluso ambas al mismo tiempo. Pueden decir de mi muchas cosas, que hablo con duendes, que estoy loca, que soy ciclotímica, nada voy ni puedo negar, porque uno es según quien tiene frente. Frase que uso muy a menudo y que siento así.
Me gustan los cambios, pero me cuestan, me asustan, es como que los paro, los sufro, son espasmos radicales en mi alma, hasta en el cuerpo.
Suelo preguntarme si para los demás es así, me acongojo si es que paso de largo, si se me pasan por alto detalles, me reprocho los errores pero al final de cada etapa me detengo y contemplo los esbozos de la mujer que fui, que soy y trato de no preguntarme que seré por un tiempo, para convivir con la que soy.
Mientras escucho una canción en búsqueda de una cuota más de libertad, un paso más en el camino a la liberación definitiva, un avance en la carrera del modelo al que aspiro. A veces mi mente no para de tejer enredos, no descansa frente al debate eterno de encontrar un sentido y un estímulo para una y cada una de las cosas que conviven en mí.
Pero otras veces, tan sólo me entrego a la brisa que me regalan los días e intento pasar inadvertida por un rato, ser invisible y descansar, paro de hacer tantas preguntas y sonrío frente a una mirada tierna, a veces, me olvido de tanta pregunta y simplemente soy.


Yo soy no siendo
lo que esperan de mi,
quienes??,
no sé,
soy el temor al no saber,
y morir desconociendo,
soy la carrera contra la ausencia,
soy un manojo de soledad,
no sé lo que soy en sí,
pero sí se lo que no soy,
esa que debería ser,
la que gustaría más,
yo soy la que quisiera controlar mis sentimientos,
soy la heroína anónima
de mi propio cuento sin nombre,
soy la que intenta escribir sin nombre propio,
huyendo de la primera persona,
soy tantas cosas,
y soy tan pocas.

26 abr 2008

Parte Segunda (Idem Parte Primera)




De esta manera probé cómo subir una foto.


Si alguién tiene una pregunta, pregunte, si tengo respuestas, respondo.

Cómo por ejemplo, Qué es la Clepsidra, quién vive en ella etc.

Parte Primera (Título para zafar, no se me ocurría nada)

Había una vez….no voy a decir “truz”, a pesar de que formo parte del club de asociados a los chistes malos. En realidad, formo varios clubes…eso me recuerda una charla reciente con tres amigos, a los cuales voy a reservarme la identidad, ya que quiero protegerlos, de ellos mismos por supuesto.
Situación cotidiana: Viaje en colectivo, miro por la ventanilla y noto que la próxima es mi parada (sin connotaciones) por lo cual procedo a levantarme tocar el timbre y esperar a que el Señor Colectivero (o bondinero) estacione y abra puertas, claro que antes de que esto suceda y aún habiendo ya tocado el timbre el/la de atrás no sólo vuelve a tocar timbre sino que pregunta “bajas?”, antes de que este sujeto pregunte suelo decir con tono cortante y poco amistoso “Ya toqué!” o responder “Si!”, cuando en realidad tengo ganas de decirle “ y a vos que te parece? Que tocar timbres en paradas y esperar que la puerta se abra es deporte nacional, te parece que estoy por suicidarme y te da miedo que no me anime pedazo de infeliz!!”
La cuestión es que llegué a pensar que era parte de mi mal humor y poca tolerancia, lo cual es probablemente así, pero resulta que no estoy solita y estos tres individuas antes ya mencionados comparten este malestar.
Cuál es la razón de empezar esto así, no hay, será este un lugar para que yo transcriba conversaciones, quizá, la imaginación es algo que se agota a pasos agigantados, será este un lugar para que intente hacer análisis filosóficos con fines claramente narcisistas, imposible, de hecho no sé ni lo que quise decir, así que no intenten saber que quiero decir con esto, tampoco intenten traducir alguna metáfora que se escape por ahí, y acepten la idea de cargar de sentido propio al texto, es decir, hagan con lo que lean aquí los que les parezca.
Todos los efectos adversos quedan bajo su responsabilidad.