15 oct 2010

Tristeza (Siempre será lo que es, la petiza gordita y despeinada. O quizá, siempre recordará lo que fue)

Tristeza envejece pero no muere, cada tanto agoniza y recupera fuerza con el desprecio y la soledad. Cuando se mira en el espejo, a veces, aparece en un túnel la secuencia nefasta de su infancia. Iba a la escuela con vestidos oscuros y peinados horrendos, nada se podía hacer para iluminarla. Sus ojeras eran tan intensas que parecían cucos violetas y su pelo era rebelde y gritón adornando de manera patética su corta estatura.

Yo era amiga de Tristeza, nos sentábamos juntas en el colegio y nos gustaba leer el “billiken” a escondidas con una taza gigante de chocolatada. La plaza nunca era tan atractiva como aquellas novelitas con olor a viejo y papel amarillento. Sobre todo, porque compartíamos esa incapacidad para coordinar los pedales y la bici se convertía en un juego peligroso. O quizá sólo teníamos mucho miedo.

Tristeza creció y nos distanciamos, nunca del todo, nuestra amistad parece superar los embates del tiempo y el destino. Y aunque no nos digamos nada, las dos sabemos lo que pasa. Ella está muy enferma, ya no merece sufrir en el recuerdo, merece desparecer (morir) dignamente junta a las bellas piezas que alguna vez escribió y se adelantó a enterrar como presagio de su destino. Pero es caprichosa y fuerte a la vez, resiste, resiste aún teniendo poca convicción de que valga la pena vivir entre penumbras y llanto. Resiste entre sus rulos rebeldes, sus ojeras intensas y sus piernas cortas, resiste sin saber por qué, resiste haciendo fuerza para tener sentido. Por qué las cosas qué ve se transforman según los espejos, y a veces no logro hacerla entender que hay espejos que es mejor romper. Qué la mala suerte no existe sino malos fabricantes de espejos.

4 comentarios:

Alan Gauto Flesch dijo...

Buenisimo... tenemos una amiga en común, diría el FB.

FABIAN dijo...

Tristeza es astuta, porta infinidad de disfraces, se alimenta de la inercia, y espera agazapada.

Anónimo dijo...

Siempre sera lo que es, la petisa hermosa que quise tanto...

Extraño tus rulos, tus canciones de rock nacional, tus ojos como extraño tus ojos y todo ese misterio de tristeza y nostalgia...

Sos hermosa, siempre lo seras, no se porque lo dudas...

Anónimo dijo...

Anónimo,
se agradecen las palabras, más se agradecería la persona tras esas palabras, más no sea en particular, seguro sabe dónde puede encontrarme.
Saludos y gracias.
Anabella