5 jun 2009

Sucesos

Ahora que está todo calmo, puedo verte, en realidad, puedo sospecharte.
Primero pensé que eras un simple obstáculo, hoy los vestigios de la sangre muestran otra cosa
.

Un simple sillón en el camino. Un tropezón no es caída, aunque no cuenta lo mismo mi cabeza partida.
Era fácil, bastaba con hacer todo por separado, la lista era:
1- Hablar por teléfono.
2- Buscar el bolso.
3- Buscar la ropa.
4- Bañarme.
La cuestión es que si usted habla por teléfono mientras busca el bolso y elije la ropa, y a su vez se saca la que tiene puesta para bañarse, apoya el pie en cualquier lado (sillón) mientras está subida a una rudimentaria escalera y se cae. Si tiene suerte, sólo se cae.
Si es como yo, se lleva puesto un armario de espalda y se parte la cabeza.

Lo mejor fue el médico que para consolarme hacía chistes:
Médico: Viste Quique, el remisero?
Enfermera: Si.
Yo: No.
Médico: Bueno, no importa, hizo bocha de plata, puso dos negocios, y una flota de autos. Se fue a Europa de vacaciones. Re bien la hizo.
Yo: Y tiene hijos varones?
Médico: No, una hija que es como una puerta pentágono, (…).

3 comentarios:

FABIAN dijo...

inviolable

pense que te habias caido en la oficina

arreglemos algo prontooooooooooooooo

besos

FABIAN dijo...

http://observadorglobal.com/la-pagina-en-blanco-n1102.html

Anónimo dijo...

Si al señor le jode tanto, no debería leer, ver obras ni nada respecto del tema, y respetar la libertad de cada uno a escribir lo que se le venga en gana.
Ani