Desde hace unos días tengo el profundo deseo de acercarme a las vías del tren cuándo está pasando, aprovechar el ruido y gritar como desaforada.
Sí, gritar profundamente hasta que se quiebre el alma en mil pedazos y las esquirlas (llenas de bronca) se incrusten lejos, bien lejos de mi cuerpo.
La Gerencia
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1 comentario:
El dolor es un instante inmenso
Grite, grite, pero que no sea en el Belgrano Norte por favor.
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